Una iglesia es de leyenda por Cantuña

Resultará familiar el nombre de Cantuña, pues en alguna ocasión seguramente se habrá sabido de la leyenda que aún sobrevive, no solo en Quito, sino en el resto del país. 
>> El atrio del templo de San Francisco le fue encargado al indígena Francisco Cantuña, quien terminó de protagonista de una de las leyendas más populares.
Se trata un indígena al que según dicen se le había encomendado la construcción de la iglesia de San Francisco. Sin embargo, dice Javier Santafé, guía turístico, a Cantuña solo le correspondía la construcción del atrio del templo. 
La leyenda cuenta que debía terminar esta parte de la iglesia en seis meses. A pesar de reunir a un buen grupo de obreros indígenas y hacer todo el esfuerzo posible, la obra no avanzaba. En eso se le presentó Lucifer y le dijo que le ayudaría, a cambio de que él le entregara su alma. El indígena aceptó, con la condición de que fueran colocadas todas las piedras en el menor tiempo posible. 
Antes de la medianoche, la obra ya estaba culminada. Cantuña, al no querer entregar su alma al Diablo, había quitado una de las piedras del atrio, por lo que el trato no había sido cumplido y el indígena, burlando al mismo demonio, quedó relevado de su promesa.
En la actualidad la iglesia de San Francisco, ubicada en la plaza que lleva el mismo nombre, es una de las joyas arquitectónicas más apreciadas de la capital ecuatoriana y de América.

>> La Catedral Metropolitana, en la Plaza Grande.
> Otros templos. En el Centro Histórico de Quito hay alrededor de 40 iglesias y capillas. Todas estas tienen influencia indígena, dice David Cisneros, de Quito Turismo. 
Inicialmente fueron obreros indígenas los que construyeron las primeras capillas. Con el afán de evangelizar a la gente se empezaron a levantar también grandes iglesias. 
Una de las obras más emblemáticas y antiguas es la Catedral Metropolitana de Quito. 
Su construcción como templo parroquial inició en 1545, llegando a ser catedral en 1562.
>> Pan de oro en la iglesia de la Compañía de Jesús.
El templo pasó por terremotos y tuvo que ser reconstruido en 1803 y 1807. 
>> Iglesia de la Compañía de Jesús, de estilo barroco.
La Catedral tiene aspecto ecléctico, con estilos entre los que se reconocen el neogótico, neoclásico y barroco. En su interior se encuentran obras de pintores ecuatorianos como Miguel De Santiago y Manuel Samaniego, y del tallador indígena Caspicara.
Otro de los destinos que no se debe pasar por alto si se visita Quito es la iglesia de la Compañía de Jesús, que en su interior presenta paredes recubiertas con pan de oro (7 toneladas), lo cual deja deslumbrados a quienes llegan al lugar.

Lea la nota publicada en El Diario Manabita.



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