DILEMA ÉTICO MORAL



EL DILEMA DEL PERIODISTA SECUESTRADO
 
“Un periodista va a hacer un reportaje sobre los pueblos indígenas de la selva amazónica. Cuando está en plena selva es secuestrado por un grupo de guerrilleros que lo llevan a su campamento. Allí los secuestradores mantienen cautivas a otras diez personas. El jefe de la banda plantea al periodista la siguiente disyuntiva: “Te daré una pistola. Si matas a uno de los diez secuestrados, dejaremos libres a los otros nueve; si no lo haces, mataremos a los diez. Tú decides”.


 
Aplicación de los principios de beneficencia y autonomía

Para poder dar solución al dilema propuesto basándonos en los principios ya mencionados primero debemos tener claro el concepto de ambos y su finalidad.

El principio de beneficencia según el texto básico es la “cualidad o actividad de la persona que ayuda con su dinero o con sus medios a otras que lo necesitan”. Es “hacer bien una actividad y hacer el bien a otros mediante una actividad bien hecha”.

Por otra parte tenemos el principio de autonomía en el que “el ser humano no obedece a ninguna instancia externa sino a su propia voluntad racional”.

Ahora bien, una vez teniendo claro ambos conceptos podemos buscar estrategias para aplicarlos y así poder resolver el dilema planteado.

Si nos basamos en el principio de beneficencia el periodista vería mejor la opción de matar a uno de los diez secuestrados con tal de hacer el bien a los otros nueve y que queden libres. Sin embargo, no se puede hacer un bien a otro en contra de su voluntad, pero sí estamos obligados a no hacerle un mal.

Por esta razón, la mejor estrategia que debería aplicar el periodista en este caso es tratar de negociar con el secuestrador, de manera que no tenga que morir uno por salvar al resto, o morir todos por no matar a uno. Y es aquí en donde se aplica el principio de autonomía, pues el ser autónomo implica tener opiniones propias, elegir y realizar acciones basadas tanto en sus valores como en sus creencias personales.

Entonces, el periodista no se dejaría llevar tan solo por las dos opciones que le da el secuestrador, sino más bien debería buscar la manera de plantearle las suyas propias, con la finalidad de cumplir con ambos principios: hacer el bien a los demás, en este caso que ningún secuestrado muera; y basarse en sus propias opiniones y elecciones; es decir, ser autónomo.

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